Solzhenitsyn

“Los dirigentes bolcheviques que tomaron Rusia no eran rusos, ellos odiaban a los rusos y a los cristianos. Impulsados por el odio étnico torturaron y mataron a millones de rusos, sin pizca de remordimiento… El bolchevismo ha comprometido la mayor masacre humana de todos los tiempos. El hecho de que la mayor parte del mundo ignore o sea indiferente a este enorme crimen es prueba de que el dominio del mundo está en manos de sus autores“. Solzhenitsyn

Izquierda-Derecha

El espectro político Izquierda-Derecha es nuestra creación. En realidad, refleja cuidadosamente nuestra minuciosa polarización artificial de la sociedad, dividida en cuestiones menores que impiden que se perciba nuestro poder - (La Tecnocracia oculta del Poder)

lunes, 16 de junio de 2014

Dinero y democracia


Dinero y democracia

Para entender el malestar que postra a las sociedades democráticas -expresado a veces como desaliento y escepticismo, a veces como ira e indignación- deberíamos empezar por aclarar que la democracia, tal como nos la pintaron, es una quimera irrealizable. Existe una realidad histórica irrefutable: todas las sociedades humanas, con independencia de la forma de gobierno que impere en ellas, están regidas de hecho por minorías. Siempre ha sido así y siempre lo será. Y son estas minorías las que realmente deciden, de forma efectiva directa o indirectamente, sin tapujos o con disfraces, el destino de las naciones.

Ilusoriamente, a la gente se le hizo creer que la democracia acababa para siempre con esta idea jerárquica subyacente en todo orden político; cuando, en realidad, lo único que se hizo fue esconder, escamotear este elemento (y ya se sabe que, cuando algo se oculta, es porque no conviene mostrarlo). Así, se presentó una sociedad regida por la más absoluta igualdad política, en la que los gobernantes no lo eran en virtud de un principio jerárquico, sino representativo; y de este modo se consiguió encubrir un hecho gigantesco e incuestionable, que es la rebelión de la economía en contra de la política. Hecho que empezó a fraguarse en el Renacimiento, para desencadenarse en la Revolución francesa y alcanzar su paroxismo en nuestra época, en la que el poder político no solo ha dejado de ser aguerrido defensor del pueblo contra esas fuerzas económicas desatadas, sino que se ha convertido en el perrillo servicial de tales fuerzas, organizado en oligarquías encargadas de pauperizar al pueblo, siguiendo las consignas de la plutocracia internacional; es lo que Pablo Iglesias, el líder izquierdista encumbrado al estrellato, llama 'la casta' convertida en 'mayordomo de los ricos'.

Este poder oculto de una minoría plutocrática es el que decide el destino de las naciones, de manera siempre impía y a veces en su desmedida voracidad sin molestarse siquiera en disimular la naturaleza monstruosa de sus designios. Así se explica, por ejemplo, que el Fondo Monetario Internacional (¡apenas un día después de las elecciones europeas en las que las oligarquías que más servilmente habían trabajado al servicio del poder económico fueran vapuleadas!) tuviera el cuajo de reclamar condiciones todavía más inclementes en los despidos, así como subidas en los tipos impositivos; reclamaciones que las oligarquías terminarán atendiendo. Todo este latrocinio institucionalizado se logró disimular en los años anteriores mediante la instauración de un reinado de las delicias universales (¡la búsqueda de la felicidad!) que aspiraba a conseguir una sociedad humana animalizada, pasiva y cobarde, 'ciudadanía' sometida mediante el hipnotismo ideológico a la más depravada servidumbre espiritual, aferrada al disfrute frenético de las prebendas democráticas, que se pueden resumir en alegrías para la bragueta y manguerazo de subvenciones. Las alegrías para la bragueta nos ha dejado en un par de generaciones sin cotizantes que paguen nuestras pensiones; y al manguerazo de subvenciones ha sucedido una pertinaz sequía que, además, nos pilla con las reservas exhaustas.

Me ha llamado mucho la atención la avalancha de reacciones asustadas o jeremiacas que han surgido, a derecha e izquierda, ante el éxito cosechado por Pablo Iglesias en las pasadas elecciones europeas. Diríase que, de repente, este señor con coleta fuese a traer la dictadura del proletariado de la extinta Unión Soviética. Y me sorprende que quienes ahora están escandalizados ante este revival del comunismo sean los mismos que, durante las últimas décadas, han aplaudido leyes laborales que parecían inspiradas en la legislación china. Marx ya nos advirtió que el comunismo es un hijo natural del capitalismo que se desarrolla históricamente con él; del mismo modo, podríamos decir que Pablo Iglesias es hijo de una democracia que ha rendido el poder político a fuerzas económicas desatadas, fingiendo que se lo entregaba al pueblo. Naturalmente, Pablo Iglesias, que acierta en el diagnóstico del mal que amenaza con llevarnos a la tumba, se equivoca en la medicina, puesto que insiste en prometer el mismo reinado de las delicias universales que antes nos ofrecieron las oligarquías que aspira a derrocar, añadiendo además una 'reducción' de revanchismo al guiso. Pero, mucho más escandaloso que votar a alguien que se equivoca en el tratamiento, después de acertar en el diagnóstico, se nos antoja votar a quienes ocultan el diagnóstico, vendiéndonos el veneno como medicina.

Juan Manuel de Prada


¿Cómo nos han vendido a Podemos?

Al igual que Javier ha dedicado un post a la visión organizativa de Podemos, a mi me gustaría aprovechar para aproximarme a este caso de una óptica comercial:¿cómo nos han vendido a Podemos?

Antes de que algún purista se rompa las vestiduras diré que que hay grandes similitudes entre el marketing político y el empresarial. Tantas que a veces no tengo claro donde empieza uno y donde termina el otro, máxime en estos tiempos. Más de un analista político habrá identificado mecanismos de su esfera en las estrategias corporativas, y viceversa. Y en Podemos hay ejemplos de libro, perfectamente trasladables al día a día de una empresa.

Para empezar os recomiendo la visión de este video. Luego vendrán más, pero éste es clave:


¿Ya? Da para mucho.

Marcas múltiples y segmentación
Primera lección para empezar. Tenemos tatuada en la mente la ley D´Hont y la máxima de que el sistema electoral favorece a los partidos mayoritarios (a la mayoría se les olvida que, a estos efectos, más importante son las circunscripciones). Por tanto, y al igual que ocurre en la empresa privada, hay quien apuesta por el tamaño, por las economías de escala, por la gran empresa y el gran partido.

Pero como se identifica perfectamente en el video ese modelo tiene sus limitaciones, y en algunos casos, como en el de su mercado electoral, las limitaciones son evidentes: la acumulación de siglas, de organizaciones, muchas veces no suma, resta. Y no hablo de ya de problema organizativos, como los que ya está acusando su grupo a pesar de ser conscientes desde el principio de que iban a tener que afrontar ese problema.

Los problemas que implica la gestión de esa gran marca son variados. Para empezar uno debe centrar el foco de su oferta comercial sobre determinadas características de un producto. No se pude ser todo para todo el mundo. Y las empresas de gran consumo, las grandes marcas, hace tiempo que descubrieron la formula para contrarrestarlo: el uso de diversas marcas orientadas a distintos públicos, con distintos mix de marketing.

En el caso de Podemos, esa insistencia que se ve en este video y en otros por rehuir las alianzas preelectorales comparte esa misma visión. Saben que menos es más, que esa acumulación de fuerzas, en su caso, les restaría dinamismo, agilidad, y foco sobre su mensaje, como fuerza nueva destinada a captar un público nuevo.

Como vamos a ver son conscientes de que su producto tiene un techo electoral, de consumo, determinado. Su alianza previa lo único que conseguiría es restarles votos de esos nuevos votantes que los identificarían con las viejas opciones (Cayo Lara es un regalo para la competencia), sumirles en guerras intestinas por el reparto de un poder que aún no tienen, y facilitar a sus competidores el identificarles y combatirles.

El cliente al que se dirige Podemos: más allá del votante de izquierdas
Alguno de vosotros ha señalado que Podemos es, esencialmente socialdemócrata, entendiendo como tal algo que entroncaría como tal con las corrientes más radicales (en sentido de ir a la raíz) del PSOE. Para ello argumentan que buena parte del voto proviene de gente del PSOE.

Distingamos dos aspectos, quién te vota y lo que eres son dos cosas distintas. Y eso lo sabe perfectamente Iglesias. La máxima aspiración, tal y como se ve en el video no es que le vote el electorado de izquierdas, signifique eso lo que signifique. Su máxima aspiración es que le vote esa gente "decente" que vota al Partido Popular, que le vote la gente de derechas. De ahí que se levanten banderas como las de la patria, esos guiños al ejercito, y desterrar de de su lenguaje, de su comunicación, toda la terminología de izquierdas. De ahí, en definitiva, el separarse de IU y presentarse como algo nuevo.

El éxito que pueda tener esta apuesta entre los votantes del PP confirmaría lo que muchos venimos defendiendo: que el PP no es un partido liberal, es un partido socialdemócrata conservador, y que la mayoría de sus votantes son gente de orden que apuesta por un Estado fuerte e intervencionista.

Sé que muchos no compartís esta visión. Lo gracioso es que estoy casi seguro que en el aparato del PP ocurre otro tanto. Y es que a fuerza de ser malo, tengo la sensación de que el PP con Podemos se ha pegado un tiro en el pie, similar al que se dio Miterrand en su día al apoyar el surgimiento del FN para hundir a la derecha gala, sin tener en cuenta que uno de los primeros electorados que iba a captar el FN era precisamente el del votante de izquierdas.

Me cuesta creer que la aparición mediática de Iglesias no haya sido amparada, tutelada o tolerada por el PP. Si como él dice los medios los controla el PP (yo más bien diría que lo hace el Gobierno de turno), uno pude pensar que al igual que el PSF aupó a papá Le Pen en su día, con cambio de la ley electoral incluido, alguien en el PP puede haber pensado que introducir un nuevo elemento en la izquierda minaría a IU y al PSOE. Ya sabemos lo "bien" que acabó ese experimento para el PSF, ahora falta ver lo que le ocurrirá al PP.

En el día a día de las empresas no es extraño llegar a acuerdos de colaboración con la competencia de nuestra competencia, con la idea abrir nuevos frentes a los adversarios que los desgasten. Pero más de uno se ha dado cuenta, tarde, de que ese nuevo aliado táctico se acaba convirtiendo en el más férreo enemigo.

No hables de las características de tu producto, habla de las necesidades que satisface

Aunque en el primer video se desarrolla este tema, no esta de más colgar otro donde se insiste en el tema:

Cualquier comercial, me da igual el sector, reconocerá la metodología, la idea que subyace, uno de los mandamientos que se le dan a la hora de vender: no hables de las características del producto, habla de las necesidades que satisface al cliente al que le quieres vender.

¿Ejemplos? No me digas que este coche tiene 160 CV y un ABS y un ESP con tecnología 18.0, dime que puedo adelantar de primera sin sufrir riesgos y que si toco freno el coche reaccionará si meterme en un marrón.

Cualquier comercial conoce estas claves. Otra cosa es que sea sencillo evitar el lenguaje técnico, el pensar en las bondades del producto, el hablar desde la marca y no desde la óptica del cliente.

Como vemos en Podemos lo han tenido claro. Adiós al lenguaje clásico de la izquierda, adiós a las descripciones del socialismo científico. Frente a ello se adoptan nuevos lenguajes, nuevas claves más emocionales, en una suerte de PNL del cliente/electorado.

Evidentemente eso te enfrenta con los llamados apóstoles de la marca, de la empresa, con los fanboys. Ese grupo de personas que cualquier gran empresa o cualquier partido desea, el equivalente a los ultras de un equipo de fútbol, que están ahí siempre. El problema es que ese grupo puede acabar secuestrando la marca, reduciéndola, impidiendo su expansión (no hay más que ver el caso de lo que han hecho con la alternativa republicana en España).

Como vemos Pablo se enfrenta a constantemente a esos cantos de sirena, y los evita, recordando su objetivo, esos nuevos clientes, esos votos "decentes" del PP que le son necesarios, al igual que a la socialdemocracia clásica le es necesario el capitalismo para producir el dinero que la mantenga.

Ahora bien, no conviene confundir esa decisión táctica con una renuncia los objetivos estratégicos a largo plazo. Que se rehuyan las referencias Venezuela, a Ecuador, a Bolivia, para enfado de apóstoles de la marca locales y fanboys del Cono Sur no quiere decir que no se tenga claro a dónde se quiere ir. Sencillamente se trata de no asustar a nadie, no vaya a ser que algún voto, algún "apoyo" decente se les escape.

Un ejemplo está en aquel Castro o en el mismo Chavez cuando manifestaban no ser socialistas:



Vengo a hablar de mi libro
Otro apunte que ya ha a salido pero sobre el que hay que volver es el manejo mediático. Se ha vendido que el caso de Podemos es muestra del éxito de las redes sociales, de las nuevas tecnología aplicadas a la política. Seamos serios, siendo importantes el papel de estos, nada de esto hubiese pasado, tal y como reconoce el propio Iglesias sin la primera herramienta de socialización política en nuestro entorno, la TV.

A diferencia de los que ignoran este hecho, en Podemos lo saben, por ello:
  • Todas las intervenciones se preparan muy mucho. La mejor improvisación es la que que se trabaja constantemente.
  • El tiempo en TV es oro, muy limitado. Si unimos el punto anterior con éste, entendemos que, como él mismo reconoce, no va a los programas a debatir,él va a vendernos "su libro", a dejar caer tres o cuatro ideas clave y no a confrontar ideas.
Estos condicionantes dan pie a que cuando se encuentra con un oponente mucho más versado que él hace lo que cualquier comercial debe hacer al reconocerse en inferioridad. Evitar el conflicto, ignorar la réplica. Un ejemplo, éste frente a frente con Daniel Lacalle:

Aquí mando yo
Para las empresas existen mercados y clientes intocables. Los motivos pueden ser, estratégicos o tácticos, económicos, de imagen, incluso sentimentales. Pero su competencia y ellos saben que, por ese nicho, se va a luchar hasta el final. Un ejemplo es lo acontecido en su día en la Complutense con la visita de Rosa Díez:

Viendo este caso, cuando todavía no existía Podemos pero si que su núcleo dirigente estaba ya formándose, uno observa en este acto un doble significado:
  • La Facultad de Ciencias Políticas es nuestra, es nuestro mercado y no vamos a a permitir que ningún competidor venga a vender cómodamente su producto aquí.
  • Ya de paso, y en un ejemplo claro de marketing de guerrilla, vamos a aprovechar la presencia de las cámara que siguen a UPyD para que hablen de nosotros, de lo que estamos cociendo. Me ha recordado a aquella acción de Easyjet en sus inicios, repartiendo publicidad propia dentro de un avión en vuelo de la competencia
Identifica tus objetivos a corto plazo
En los vídeos anteriores Iglesias se refiere en alguna ocasión a que las organizaciones políticas y sindicales deben ser pueblo. Al que sepa algo de ciencias políticas le sonará a maoísmo, pero su aplicación en nuestro día a día político esta generalizado. Me refiero a la infiltración, apoyo, colaboración, montaje, etc, de movimientos sociales por parte de estos agentes políticos.

Es algo que también están haciendo las empresas. Más de uno se sorprendería de saber cómo se financian determinadas organizaciones, de cómo son impulsadas por intereses empresariales de uno u otro tipo, de cómo la ecología, el "genero", el nacionalismo, etc, son vectores de negocio, nichos a explotar.

Pero yendo al caso concreto que nos ocupa os recomiendo la visión de este video de Zizek, uno de los gurús de esta nueva izquierda (que es la de siempre, vaya, pero más espabilad), especialmente al final de su alocución.


¿Os habéis quedado con la referencia a Obamacare? Lo pude decir más alto, pero no más claro, hay que apoyar a aquellos movimientos que, aunque parezcan limitados cuestionan la raíces de un modelo social. Se trata de seleccionar asuntos que por un lado, de un modo mediato, horaden la estructura del sistema, y por otro permitan servir de elemento tractor para incorporar apoyos sociales que jamás se identificarían con movimientos militantes de izquierda.

En España esa jugada se está desarrollando con la PAH, que va mucho más allá de lo que algunos creen, siendo una suerte de bandera de reclutamiento.

En este sentido, me recuerda a la estrategia de las empresas japonesas de automación en su primer desembarco en Occidente, posteriormente imitado por sus vecinos surcoreanos. En vez de un desembarco masivo se identifican mercados muy concretos, poco atendidos, marginales para las grande marcas (todoterrenos, vehículos urbanos baratos, etc...) y se les hacen unas pocas propuestas, muy concretas, con un catalogo muy cerrado. Una vez se ha ganado la confianza de ese público, y mientras son ignorados por los grandes jugadores, poco a poco van creciendo, se van incorporando gamas,...




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